La Extrañeza

Un estudio acerca de las afecciones musulmanas
Introducción


Mucha referencia se hizo en el Islam con respecto a la práctica de adoración y poca a las afecciones que le pertenecen al musulmán como algo propio. El camino que busco comenzar con esta serie de escritos es poner de relieve aquellas afecciones que le pertenece al musulmán o que él experimenta. Obviamente, no digo que todo musulmán pase por estás afecciones, sino digo que es sujeto pasible de tales en cuanto es musulmán. En este escrito busco conceptualizar una de aquellas afecciones: la extrañeza.

Ahora bien, la extrañeza no es una afección que solamente la experimente el musulmán como algo propio, ni algo en que todo musulmán haya pasado necesariamente. Pero si pertenece a aquellas como consecuencia de haber interiorizado alguna forma de tawhid.

Veamos ahora como surge y cuales son sus características existenciales que le pertenecen.


El choque

La extrañeza surge del choque afectivo con otras afecciones. Quien la experimenta es aquel, musulmán o noi, que se encuentra donde su mismidad - o que es lo mismo su identidad - choca con lo otro, lo diferente, pero encontrándose en una posición de desventaja o debilidad ante ese otro.

Aquél otro permanece en lo normal o natural. Así la extrañeza surge en su choque con aquella otra afección representada en lo normal o natural. Ella asume la característica de lo distinto que se opone a lo común.



Su característica de debilidad

La extrañeza tiene la cualidad de debilidad ante el otro porque tal afección sólo nace como lo distinto.

Se establece porque lo otro para ella no es más que lo establecido como lo común por alguna forma de poder.

Qué sea este poder y cómo se ejerza es indiferente en tanto tenga la fuerza suficiente para establecer el orden de lo normal y común. Pero lo analicemos más detalladamente.



Un caso de estudio: El inmigrante

El inmigrante que decidió emigrar de su país a otro cuya cultura es completamente distinta de la suya representa aquí lo otro diferente. Aquí, el carácter de extraño se muestra porque una persona se encuentra con valores distintos a los suyos. Este nuevo país tiene los medios suficientes para imponer esos valores que ha consolidado por un trabajo arduo y constante de educación.

Así, la normalidad, para los connacionales, es algo de hecho, completamente asumido e indudable. Pero para el inmigrante es otro país y otra cultura distinta a la de él. De tal forma, que lo que fue normal en su país ahora aparece como lo extraño.



Perder la significancia


Nuestro inmigrante, que se encuentra contra lo completamente distinto, posee valores que ya han perdido su significación, actualidad y su fuerza. Pero el ser distinto, percibirse distinto y hasta sentirse distinto en la sociedad de otro, todavía no se constituye en extrañeza.


Lo distinto pero que no es extrañeza

Lo distinto no es la extrañeza aún cuando comparta lo extraño como una características en él, porque lo distinto puede haber sido incorporado como una diferencia en lo normal o común. Como sería el caso de un mexicano y un argentino. Ambos tienen nacionalidades distintas pero comparten aspectos y características comunes, pensamientos similares y hasta tienen una ideología común que define sus semejanzas y sus diferencias.



La extrañeza como lo absolutamente otro (lo absolutamente extraño).

En cambio, la extrañeza surge de la confrontación con lo natural no pensado, con lo completamente distinto, no reconocido ni categorizado en el mismo orden natural. Así, lo que no se puede constituir en el orden natural es lo que genera extrañeza.



Tercer caso


Pero puede suceder una situación no tan extrema como ésta. Puede haber una mirada que observe desde afuera abarcando lo absolutamente extraño y lo natural - o propio - y que no le parezca que haya necesidad de una oposición absoluta entre ambosii porque comparten más características comunes y la diferencia es minúscula.

Niega así la extrañeza total de lo otro y reduce la diferencia a algo insignificante. No ve la separación absoluta e infranqueable entre lo natural y lo absolutamente otro - lo completamente distinto. Pero esa diferencia, por más particular que le parezca, es absoluta, porque abre dos órdenes de realidades y creencias distintas. Esa diferencia se le aparece minúscula porque ha partido de lo natural buscando sus semejanzas con él. Pero, mejor avancemos…



Ahora veamos desde el Islam.

En un hadiz que fue narrado por ‘Abdullah bin Mas’ud dijo que el Mensajero de Allah (ﷺ) dijo:

بدأ الإسلام غريبًا وسيعود غريبًا كما بدأ فطوبى للغرباء

"Ciertamente, el Islam comenzó siendo extraño y volverá a ser extraño como comenzó. ¡Bendecidos los extraños!” (Tirmidhi).


El Islam comenzó extraño porque surgió en una sociedad cuyos valores eran distintos a los suyos. Aún cuando esa sociedad hubiera tenido atisbos de monoteísmo y de valores compartidos con el Islam.

El Islam surge como una revolución y un cambio completo de paradigma en dicha sociedad. Cuando Allah – Exaltado sea - se refiere en El Corán al período preislámico como un período de ignorancia, no Lo hace en el sentido de la falta de creencias, sino en creencias falsas. Estás creencias falsas son la razón por la cuál el Islam surgiera como otro extraño a pesar que representara lo más propio del hombre: su fitrah.



Los conversos y la extrañeza

En la actualidad los conversos al Islam pasan por la misma extrañeza que sufrió el Islam en sus comienzos y los mismos sentimiento de extrañeza que sufrieron los Sahabas. Así también, el musulmán convertido, en la búsqueda de afianzarse en el Islam, se vió en la situación de confrontar sus creencias nacientes contra las formas de creencias de la sociedad a la cual sigue perteneciendo.


Locura y extremismo

El converso se asemeja al inmigrante en lo que respecta a la extrañeza en un sentido más absoluto que éste porque debe ser un extraño entre semejantes.


De la misma manera que con los Sahabas y nuestro Profeta (ﷺ), esta extrañeza se hace sentir en el converso de distintos modos: Locura, engaño, extremismo, fanatismo irracional, posesión, etc. Esto es así, porque son ataques reaccionarios desde la normalidad para resignificar desde sus valores aquello que se le presenta extraño y eliminar toda anormalidad y toda distinción absoluta que pueda tener lo nuevo.



La anormalidad percibida

El problema que se le presenta a este sistema corrupto de creencias es que la anormalidad percibida desde aquellos valores, no es más que la normalidad establecida por Allah al hombre y su constitución más propia (fitrah).


Extrañado ante él mismo

En cuanto a que el Islam volverá a ser extraño, se nos revela con la afección que sufren los musulmanes educados en una cultura musulmana postcolonial. El musulmán ha aceptado como propio aquellos valores humanistas hasta el punto que se le han establecidos como lo natural.

Así, cuando surge un volver a la primera Comunidad Musulmana, del Profeta (ﷺ) y de sus Compañeros, a la pureza del Islam y la verdadera práctica del Tawhid, al Corán y a la Sunnah, surge ese sentimiento de extrañeza y esa confrontación entre dos creencias opuestas en el musulmán extrañado ante él mismo.


Esta corrupción que estamos viviendo en la Comunidad Musulmana, ante la incomprensión del Tawhid y del rechazo sobreviniente de aquellos valores que nos constituyen como musulmanes, es la mayor causa de la impotencia musulmana ante esta nueva creencia que reflota la ignorancia preislámica con sus valores paganos y hace que los musulmanes seamos causantes, por complicidad, indiferencia o acción directa, de las mayores atrocidades de nuestro tiempo.



Un Islam colonizado …


Ya ni siquiera nos sonrojamos, porque para nosotros estos valores corruptos ya son la normalidad, es decir, en tanto esta creencia colonial se ha instaurado como lo normal.


Así, la extrañeza en el musulmán ante el Islam es un signo de esta decadencia. Pero como signo de decadencia, también es un atisbo de su salvación.


Pero lo peor que le puede pasar a un musulmán que está en la creencia corrupta es que rechace la extrañeza, afirmándose y escondiéndose en la normalidad de la creencia corrupta, porque habrá rechazado el Islam y habrá afirmado en su corazón, la perdición.

También puede suceder que el musulmán no sienta la extrañeza porque ha identificado la creencia corrupta con la recta y ha cambiado los valores de la segunda por la primera, engañándose a sí mismo.

Este último caso es el ejemplo de la duplicación religiosa.



Duplicación religiosa: Una realidad triste

La duplicación religiosa pasa cuando se toman los conceptos musulmanes y se les da el contenido desde los valores humanistas. Como actualmente sucede.

El islam es reducido a un rito (igual que el Cristianismo después de la Revolución secular burguesa) y el resto de los valores musulmanes son tomados desde los valores seculares humanistas (por ejemplo, un Estado Nacional particular es tomado como un Khalifato y el presidente o rey como Khalifa o el Amir de los Creyentes, etc).



Esperanza, la luz al final del túnel

¿Cómo podemos recuperar el Islam y sacarlo de esta extrañeza?

Desde el ámbito de la creencia, volviendo al Tawhid. Desde el ámbito de la interioridad del hombre, recuperando las afecciones del musulmán en Allah. Desde la exterioridad, recuperando la práctica total del musulmán.

En cuanto a lo primeroiii, basta decir que el Tawhid compromete toda la existencia del Musulmán (ej. afecciones, pensamientos, fantasías, propósitos, comportamientos, etc). Tanto la interioridad y exterioridad del musulmán está regido por esa Realidad.


Ahora bien, el otro modo de confrontar con el orden natural corrupto y percibir la extrañeza musulmana es recurrir al ámbito de la acción.



Acción, la llave de la salvación


Dado que todo acto - por el principio del Tawhid por el cual Allah creó a Su creación y la fitrah del hombre - es un acto musulmán por la creencia musulmana y toda creencia musulmana implica un acto musulmán, entonces la confrontación del acto musulmán con la experiencia en el ámbito de la normalidad que está en asociación a Allah, genera en el creyente la extrañeza musulmana.


Veamos el hadiz narrado por Nafi’ acerca de lo que Ibn `Umar dijo que El Profeta (ﷺ) dijo:


قصوا الشوارب وأعفوا اللحى خالفوا المشركين

“Hagan lo contrario a lo que hacen los paganos. Dejen crecer las barbas y corten los bigotes cortos.”



De la misma manera, para recuperar el Islam y vivir en su efectividad y realidad, debemos hacer lo mismo. Pero, actualmente, tenemos otro problema, ya no podemos diferenciar tan simplemente el paganismo.

Para los Sahabas, el Islam era una realidad efectiva desde el cual podían discernir correctamente lo propio de lo ajeno. Actualmente, la extrañeza del musulmán ante el Islam, nos muestra que él ha perdido la efectividad y la realidad de su creencia islámica.



Primer paso

Así, un primer paso para encaminarse a la efectividad y realidad de la religión islámica es sentir esa extrañeza en sí mismo por medio de la recuperación del contacto con la práctica musulmana en el mundo y en la sociedad. Así, decantará de su práctica y de su afección correspondiente, la naturaleza del Tawhid, el shirk, la Existencia de Allah, La Realidad de Su Dīn, etc.



¡No quedarse en la extrañeza!


Pero el musulmán no debe quedarse en la extrañeza sino que debe eliminarla porque es un defecto, no una virtud en el Dīn. La forma de eliminarla es volverla culturalmente natural, es decir, afirmando la fitrah en el orden civil, es decir, crear de nuevo la cultura islámica que concuerde con nuestra fitrah. Así, sólo en la normalización de la extrañeza se la abandona.


Fin



i No todo musulmán la ha tenido que experimentar porque, como veremos, aquello que se le contrapone es la obviedad, lo natural, lo indiferenciado o la mismidad irreflexiva.

ii Es decir, cree que lo que se establece como lo propio o lo extraño no merece una distinción tan absoluta porque no ve tal distinción.

iii El Tawhid necesita ser tratado de manera particular. Si Allah quiere, lo haremos en otros escritos con más detalle.